Dentro de este plazo, y siempre y cuando se aplique un defecto de confomidad, el cliente podrá elegir entre la reparación o la sustitución del mismo. Asímismo, en el caso de bienes de segunda mano, la normativa mantiene que consumidor y empresa podrán pactar una duración determinada del plazo de garantía, que nunca podrá ser inferior a un año.