Las feromonas que producimos contra las plagas no dañan a los insectos beneficiosos y no dejan residuos tóxicos que dañen a los humanos. Ya los estamos proporcionando en Kenia, Indonesia, Sudamérica y México, donde los agricultores disfrutan de cultivos de mejor calidad y más rendimiento usando menos insecticidas

https://www.lavanguardia.com/natural/contaminacion/20210701/7569214/frances-arnold.html