Muchos gigantes de la moda han desarrollado en los últimos años etiquetas para identificar a sus prendas más sostenibles, pero no todas lo definen igual.
La industria de la moda lleva años defendiendo su transformación sostenible, pero hay un problema: nadie sabe exactamente qué significa serlo. A falta de un estándar unificado y global, las marcas han lanzado en los últimos años sus propias etiquetas con las que identifican las prendas con menor impacto medioambiental, pero no todas lo definen de la misma manera