España vive la primera ola de calor del año, un episodio que, desde este miércoles, afecta a casi toda la Península —salvo el Cantábrico— y Baleares y en el que se esperan alcanzar los 45 grados de máxima en el valle del Guadalquivir, así como noches tórridas —de 26 a 28 grados de mínima— en varios puntos del país. Las altas temperaturas llegan tres días después del contundente informe científico del IPCC, el panel de la ONU de expertos en cambio climático, que advierte de que la acción del ser humano ha provocado ya alteraciones sin precedentes en el sistema climático, lo que está relacionado con los fenómenos meteorológicos extremos.
Estos fenómenos se han duplicado en una década. Un portavoz de la AEMET: “En 30 años, un verano como los de ahora se considerará un verano frío”