El hielo marino que rodea la Antártida es un auténtico agujero negro para la ciencia polar. Esa capa que se congela sobre el océano Austral, la banquisa, decreció en la primera mitad del siglo XX, pero luego ha estado aumentando en las últimas décadas del siglo XX, hasta hoy, mientras los hielos del resto del mundo van menguando por el cambio climático. El fenómeno, comprobado con datos de satélites y de estaciones, revela la extrema complejidad de este continente y de un clima planetario en el que trópicos y polos están ligados.