La etiqueta de una bandeja de lomo permite conocer dónde se ha criado la vaca de la que proviene. También explica si ha pasado por otras instalaciones y dónde ha sido sacrificada. Es la llamada “trazabilidad”, que permite desandar cada paso de la cadena de producción. “Es herencia de la gran crisis que fueron las vacas locas. Es un elemento de gran seguridad alimentaria”, explica Enrique García portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).