Cuando su cuerpo principal se desprendió de la Antártida, que llegó a ser tres veces el tamaño de Londres o más del doble del tamaño de Luxemburgo y alcanzó aguas poco profundas en la isla subantártica de Georgia del Sur, vertió 5,3 kilómetros cúbicos de agua dulce al agua salada del océano, según muestran los análisis de los satélites de la Agencia Espacial Europea acerca del derretimiento de este colosal iceberg.