Un estudio con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado las consecuencias de las restricciones a la movilidad humana provocadas por la COVID-19 sobre el tráfico marítimo mundial y en concreto en el Mediterráneo.
En términos globales, la caída de actividad se detectó en el 70% de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de los 124 países incluidos en el estudio, con variaciones temporales y espaciales en función del nivel de severidad de las medidas de confinamiento, especialmente en el primer semestre de 2020.