La gente suele buscar objetivos comunes y conformar comunidades para llevarlos a cabo. La bicicleta eléctrica se está transformando en un punto de partida para la conformación de nuevos grupos: amigos, vecinos o fans salen juntos a recorrer circuitos y a disfrutar de sus experiencias y su mutua compañía.
En estos tiempos en los que palabras como estrés y depresión se han hecho tristemente célebres y tomar pastillas para levantar el ánimo es una costumbre arraigada, el poder subirse a una bicicleta eléctrica, salir de paseo y generar adrenalina sanamente, resulta un ejercicio edificante y una manera eficaz de “desconectar”.