De este modo, fija una serie de objetivos como el apoyo a la protección de al menos un 30% de las zonas marinas y terrestres europeas de aquí a 2030 y al 10% de protección de estas zonas, incluyendo sumideros naturales de carbono como bosques primarios o antiguos. También incluye la petición de que estos objetivos se incluyan en la legislación y que la designación de las áreas se haga con arreglo a criterios científicos y necesidades de diversidad biológica.

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