El agujero en la capa de ozono, el escudo químico protector de la Tierra que absorbe la mayor parte de los rayos ultravioleta del Sol, se ha ido recuperando lentamente en las últimas décadas desde la prohibición mundial de los clorofluorocarbonos (CFC). Pero los científicos han hecho saltar de nuevo la alarma por la aparición de un nuevo agujero en la capa de ozono, esta vez sin que haya ningún CFC a la vista.
El aluminio es la clave de todo lo que está en juego aquí. En primer lugar, se quema en óxido de aluminio reflectante, o alúmina, que podría convertirse en un experimento de geoingeniería involuntario que podría alterar el clima de la Tierra. Y en segundo lugar, el óxido de aluminio podría dañar e incluso abrir un nuevo agujero en la capa de ozono.
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