Expertos internacionales defienden la necesidad de una agricultura intensiva pero respetuosa con el medio ambiente, que utilice las nuevas herramientas tecnológicas y los avances científicos.
Los científicos compararon los costes ambientales de producir una cantidad determinada de alimentos en diferentes formas y comprobaron que una agricultura más intensiva utiliza menos suelo produce menos contaminación, causa menos pérdida de tierra y consume menos agua.
Los métodos agrícolas mayoritarios en la actualidad son insostenibles porque degradan la tierra, reducen la diversidad genética de los cultivos y provocan la desaparición de millones de hectáreas de bosque.