Según el Observatorio Forestal Mundial del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), el planeta pierde una superficie de bosque equivalente a 36 campos de fútbol cada minuto, lo que se traduce en más de 13 millones de hectáreas perdidas anualmente. Esta pérdida tiene un impacto significativo en las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que los árboles contribuyen en gran medida a la protección del medio ambiente al proporcionar oxígeno, mejorar la calidad del aire, mejorar el clima, conservar el agua, preservar el suelo, apoyar la vida silvestre y absorber el CO2 de la atmósfera, lo que los convierte en uno de los mayores aliados en la lucha contra el cambio climático.

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