Un nuevo estudio liderado por el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona ha revelado que la degradación del plástico por efecto de la luz solar contribuye a la acidificación del agua de mar. Esto se debe a la liberación de compuestos de carbono orgánico disuelto provenientes tanto del propio plástico como de sus aditivos, y a la producción de CO2.