Como aporte a los procesos de transformación cultural, el Instituto para una Cultura de Seguridad Industrial – ICSI, nos propone dirigir una mirada atenta a uno de los siete atributos que conducen al éxito de una cultura de seguridad, como es el equilibrio apropiado entre la seguridad reglada y la seguridad gestionada.  El ICSI explica cómo la seguridad reglada es aquella que otorga valor al cumplimiento de normas, reglas y procedimientos establecidos por la organización, pero hace hincapié en que no todas las reglas pueden aplicarse a todos los escenarios de la vida real; por tanto, aparece la seguridad gestionada donde los trabajadores en el terreno deben apelar a sus competencias y experiencia para gestionar esas situaciones de la mejor manera posible y según el contexto mismo de la situación.

Claramente, la estrategia de una organización debe incluir en sus objetivos acciones que desarrollen de forma complementaria estos dos conceptos y asegurar su implementación de forma eficaz. Por esto, uno de los programas que ha mostrado alta eficacia es la disciplina operacional, entendiéndose ésta como la forma de hacer bien todas las cosas siempre; por tal razón, su gran aporte está en generar una metodología sistémica que permita, bajo el análisis participativo de los colaboradores, la estandarización de las tareas rutinarias, asegurar su ejecución y migrar a la mejora continua.

Implementar con eficacia la disciplina operacional, exige la actuación del liderazgo para asegurar que el proceso cumpla con los siguientes factores clave:

  • Priorización de tareas críticas.  Entendiendo por tarea crítica aquella que después de realizada la valoración del riesgo y la priorización, se encuentra clasificada como Prioridad nivel 1
  • Conformación de equipos interdisciplinarios.  Equipos conformados por personal ejecutante, verificador y con el acompañamiento y facilitación del equipo SST.
  • Verificación de disponibilidad. Asegurar que todos los procedimientos, normas, estándares e instructivos de trabajo que son requeridos para las operaciones y/o actividades, estén elaborados, disponibles y accesibles para el personal responsable por la ejecución y supervisión.
  • Verificación de calidad. Asegurar la calidad técnica (autenticidad) y normativa (formato tipo - estructura) del contenido de los estándares, así como su vigencia. Verificación de comunicación. Asegurar los mecanismos de comunicación para la difusión y la capacitación del personal responsible por la ejecución y supervisión de las actividades críticas.
  • Verificación de Estándares:  Verificación del riguroso cumplimiento de los procedimientos, normas, estándares e instructivos de trabajo/del proceso, orientado a identificar las oportunidades de mejora (información, disponibilidad, calidad, comunicación y cumplimiento, entre otras).

Implementar disciplina operacional va más allá de la ejecución estandarizada de tareas y se dinamiza para que todos y cada uno de los colaboradores ejecutantes de las tareas aplique el análisis permanente de los riesgos que puedan surgir aun en el desarrollo de una tarea reglada.  Implica empoderarlos hacia la seguridad gestionada, para que, a través de la metodología de identificación de peligros, se establezcan siempre los controles necesarios y así evitar la ocurrencia de una pérdida o, en consecuencia, activar de manera autónoma y responsable la detención temporal de la misma, para replantear su ejecución con otros controles.  Invita a considerar si estas decisiones gestionadas deben o no incluirse en los estándares ya elaborados, generar puntos clave de atención y/o reforzar los procesos de formación, capacitación y entrenamiento.

La disciplina operacional exige el liderazgo y compromiso de todos y cada uno de los miembros de la organización, para lo cual se espera que se desarrolle el programa atendiendo características esenciales como:  Liderazgo visible, asignación de recursos adecuados, alineación con el propósito y los valores, trabajo en equipo, gestión de control de documentos.

De manera general, la empresa debe encontrar un equilibrio adecuado entre la seguridad gestionada y la seguridad reglada, siendo el programa de disciplina operacional uno de los muchos mecanismos que apalancan las decisiones correctas para la ejecución segura de una tarea.

Escrito por:

 

César Augusto Vallejo Silva.
Ing. Metalúrgico, Esp. at Gerencia Salud Ocupacional, Mag. Estrategia y liderazgo
Consultor Senior HSE Intertek